Bohemian Rhapsody: El cliché hollywoodense más grande del año.
¿Cuánto tiempo esperamos para que la cinta biográfica de Queen se estrenara en las salas de cines? Para mí, que no soy el más grande admirador de la banda -aunque sí disfruto su música-, la espera fue interminable. Las expectativas estaban por los cielos, por dos hechos importantes: El tráiler de la película parecía editado en el cielo, con escenas que nos dejaron la piel de gallina, y además, después del estreno de Nace una Estrella con Lady Gaga, las posibilidades de que Bohemian Rhapsody fuera una gran película, aumentaron como una consecuencia natural.
Aunque una película no tiene nada que ver con la otra, si comparamos las escenas musicales, sabrán de inmediato cuál queda floja, y de hecho, arrastrando su potencial frente a la otra. Bohemian Rhapsody está bien hecha, tiene todo lo que un fan de Queen podría esperar, pero para el público en general -como yo-, se percibe como una versión al mero estilo Disneylandia de la vida de Freddie Mercury.
El personaje principal no es Queen ni la música, más bien es Mercury, como era de esperarse, aunque el verdadero problema consiste en que la mirada hacia este gran icono se queda en un plano superficial. En la cinta existen altos y bajos, pero la mayor parte del tiempo se queda en un plano medio e incomodo, incluso en las pequeñas historias que deberían sorprendernos, como cuando Freddie confiesa que es VIH positivo, o cuando descubre a los verdaderos villanos en su historia; sabemos lo que pasa porque podemos ver y oír, pero el guión no te deja atónito, ni siquiera sensible.
Rami Malek se lució en su papel como la voz de Queen, con una combinación de gestos dignos de un gran actor, pero la caracterización me pareció un tanto tosca y descuidada, casi caricaturesca, con esos grandes dientes que fueron una enorme distracción durante toda la película.
La voz del protagonista se mezcló con la de Freddie Mercury y la voz de Marc Martel, un cantante canadiense capaz de imitar el rango vocal de Mercury. Así que la actuación musical de Rami Malek es bastante digna, porque tomó clases de piano y canto para este papel, aunque al final, la magia de la edición fue lo que le dio el toque final para convertirse en el gran cantante de Queen.
Los conciertos de la banda en la película se llevan las palmas, y fue justo ahí, donde pude soltar esa lágrima que estaba esperando salir en algún momento. Aunque toda la magia de los estadios repletos se hizo en un estudio, la tecnología hizo que las escenas parecieran casi reales. Lamentable pero cierto; después de Nace una Estrella y sus impresionantes escenas en conciertos, Bohemian Rhapsody parece una tarea casi completa, pero sin llegar a ser la obra maestra que nos prometieron.
Si tú ya viste la nueva cinta biográfica de Queen, necesito que me des tu opinión, porque quisiera comparar lo que yo sentí con lo que te hizo sentir a ti.